Durante décadas, subir a pie desde el barrio de La Fonda hasta el casco de Telde a través de la GC-102 (Callejón del Castillo), o viceversa, ha sido considerado un deporte de riesgo para las numerosas personas que han tenido que transitar por esa zona.
Aunque esta situación se ha vuelto habitual, es una realidad que ha convertido esta vía en una de las más peligrosas para los peatones en todo el municipio. Esto se debe al estrecho margen que queda a ambos lados de la carretera, donde existen anticuadas acequias, muros de piedra y vegetación descontrolada. Además, el gran volumen de vehículos que circulan por esta ruta durante todo el día, conectando la costa, la autopista y los barrios periféricos con el centro de la ciudad, aumenta significativamente el peligro.
El problema más grave radica en la falta de una alternativa más segura y cómoda para llegar al mismo destino. Los ciudadanos que desean o necesitan subir a pie desde la zona de El Calero y sus alrededores hasta Los Llanos se ven prácticamente obligados a pasar por esta vía, con automóviles, camiones y motocicletas circulando a velocidades que superan los 40 kilómetros por hora.
Incluso hay quienes se arriesgan aún más y suben por la Avenida del Cabildo (GC-10), donde hay un arcén más amplio, pero los vehículos duplican su velocidad, alcanzando los 80 kilómetros por hora, siempre y cuando respeten los límites establecidos. La falta de aceras en esta vía que conecta el centro del municipio con La Fonda y El Calero es otra evidencia de que el municipio aún está incompleto.
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