El barrio de Las Huesas se llenó de color y entusiasmo con una exposición de vehículos que atrajo tanto a vecinos como a amantes del motor. El evento, que reunió modelos clásicos y modernos, fue una verdadera celebración del arte automovilístico y de la vida comunitaria.
Los asistentes recorrieron la muestra admirando cada detalle de los coches expuestos, compartiendo impresiones y recuerdos entre rugidos de motores y flashes de cámaras. Pero la jornada no solo se trató de vehículos: al finalizar, todos pudieron disfrutar de un animado asadero, donde se mezclaron aromas, risas y conversaciones.
La comida sirvió como excusa perfecta para estrechar lazos entre residentes y visitantes, fortaleciendo el sentido de comunidad y creando nuevos vínculos. Una jornada marcada por la afición, la amistad y el sabor local que ya muchos esperan repetir.