Durante el congreso de los socialistas europeos celebrado en Ámsterdam, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, planteó la creación de un salario mínimo común para los países miembros de la Unión Europea. La propuesta busca reducir las desigualdades salariales entre Estados, donde actualmente los sueldos mínimos varían desde los 551 euros mensuales en Bulgaria hasta los 2.704 euros en Luxemburgo.
En España, el salario mínimo interprofesional se sitúa en 16.576 euros anuales desde febrero de 2025, beneficiando a unos 2,4 millones de trabajadores. Según Eurostat, 22 de los 27 países de la UE cuentan con salario mínimo legal, y los niveles se agrupan en tres franjas: superiores a 1.500 euros, entre 1.000 y 1.500 euros, y por debajo de 1.000 euros.
Aunque las diferencias en cifras brutas son notables, el ajuste por poder adquisitivo (EPA) reduce la brecha. Por ejemplo, el salario mínimo más alto en euros es casi cinco veces el más bajo, pero en términos de EPA, la diferencia se reduce a 2,3 veces. La propuesta de Sánchez apunta a armonizar estas condiciones, promoviendo mayor equidad laboral en el bloque europeo.
