Los residentes de la calle Manolo Millares, especialmente en la intersección con Alexander Fleming, han alzado nuevamente la voz ante una situación que consideran insostenible: el constante ruido provocado por una tapa de telefonía ubicada en medio de la calzada. Cada vez que pasa un vehículo —especialmente los de gran tonelaje— el estruendo metálico sacude la tranquilidad del vecindario, generando sobresaltos que se intensifican durante la noche.
“Ya no se puede dormir. Cada golpe nos despierta como si fuera una explosión”, comenta una vecina que lleva años soportando el problema. La queja no es nueva. Este medio ha contactado en varias ocasiones con responsables políticos, quienes se comprometieron a estudiar el caso. Sin embargo, hasta la fecha, no se ha tomado ninguna medida efectiva para paliar el ruido ni asegurar la tapa.
Los vecinos, hartos de esperar, exigen una intervención inmediata. “No pedimos milagros, solo que nos dejen descansar. Que se repare, que se selle, que se sustituya… pero que se haga algo ya”, reclaman.
La situación, que afecta a la calidad de vida de decenas de familias, se ha convertido en un símbolo de abandono institucional. El vecindario pide que no se mire hacia otro lado y que se actúe con urgencia antes de que la indignación se transforme en protesta.