Muchos de estos son los premios y reconocimientos que ha recogido la asociación cultural Entre Amigos en sus 38 años de existencia, y nada menos que tras toda una vida empoderando a los habitantes de Jinamar a través de la cultura tradicional canaria. El premio final fue el Roque de Nublo en la categoría de folclore, presentado por el Cabildo de Gran Canaria. Puede que a algunos les sorprenda que un grupo de música y cultura ubicado en el primer piso de la antigua administración en el barrio de Jinamar ganara un premio de este estilo, pero para alguien que entiende a la perfección lo que está pasando en este lugar y el gran trabajo que hay detrás.
La sociedad cultural Entre Amigos nació en 1984 como algo natural. Un grupo de amigos muy jóvenes (de ahí el nombre) de Jinamar, entonces un pueblo muy marginal en la frontera de Telde y Las Palmas de Gran Canaria, comenzaron a reunirse en el sótano de un edificio de apartamentos. Había cucarachas, heces y otros elementos disuasorios y podían hacer una de sus cosas favoritas, tocar la guitarra y cantar música tradicional canaria.
"Es prácticamente la única forma en que podemos proporcionar entretenimiento saludable. Porque en esa época ni siquiera había carreteras en la zona”, recuerda Suso Santana, actual presidente de la sociedad cultural.
A medida que pasaban los días, las semanas y los meses, su número crecía, por lo que tuvieron que buscar otro lugar. El CEIP Montiano Placeres, por entonces único colegio de la zona, les ofreció una sala donde practicar con instrumentos que habían adquirido de colecciones donadas por vecinos y familiares. Pronto hubo 300 personas ya que la escuela ayudó a más personas. Poco después, en 1987, se fusionaron en un grupo musical que existe hasta el día de hoy y lograron que el gobierno de Canarias les otorgara su actual puesto bajo la antigua dirección. Desde entonces, no han parado de tocar, cantar y bailar por todo el archipiélago. Incluso tienen sus propios discos, siempre en el marco de la música tradicional canaria.
Para Santana, esta pista, donde se han convertido en la sociedad cultural más antigua del barrio, ha permitido que Jinámar crezca y se desarrolle socialmente. “Afortunadamente ya no fue así. A los de aquí nos daba vergüenza contar dónde vivíamos. Solíamos decir que éramos de Marzagan para que la gente no nos menospreciara”, admitió Santana, aunque estaba seguro de que aún quedaba trabajo por hacer.
Poco antes de la pandemia del Covid, el colectivo decidió dar un paso más y expandirse y colaborar socialmente con la gente de Jinamar, poniendo en marcha otros cinco proyectos singulares relacionados con las tradiciones de Canarias. En primer lugar, se presentan 42 prendas típicas de las ciudades de Gran Canaria, una para hombre y otra para mujer en cada ciudad, que aún están en preparación y formarán una exposición itinerante en el futuro. También cabe destacar el método contra canaria y el proyecto de recopilación de canciones del instrumento abandonado en particular; los dos primeros showrooms en Jinámar; cursos de tejido tradicional lanzados recientemente; El objetivo del audiovisual de bailes tradicionales es difundir y promover la enseñanza de este baile típico en los centros educativos de toda la isla, ya que cada vez es más relevante la falta de bailarines acompañando a las rondalas en las agrupaciones de baile.
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