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Tendremos un verano más cálido de lo habitual, aunque, llegarán algunas vaguadas o masas de aire frio puntuales.

El verano pasado en España se caracterizó por una ola de calor que duró 41 días, lo que equivale a la mitad de la temporada estival. "Fue algo extraordinario", explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Sin embargo, para este verano se esperan vaguadas o masas de aire frío que brindarán un respiro. A pesar de ello, las predicciones apuntan a que será un verano más cálido de lo habitual.




El 1 de junio comenzó el verano meteorológico, y según los modelos meteorológicos, se espera un nivel de precipitaciones más elevado de lo normal. "Estas precipitaciones pueden manifestarse en forma de lluvias en estos días o en forma de tormentas más adelante", explica Del Campo. Estas lluvias contribuirán a que las temperaturas no sean tan agobiantes como las experimentadas durante el pasado verano de 2022, cuando las olas de calor dominaron los días estivales. Sin embargo, Estrella Gutiérrez, portavoz de la AEMET, revela que la probabilidad de un verano caluroso sigue siendo alta.


Se estima que existe un porcentaje de posibilidad que oscila entre el 50% y el 70%, lo que situaría a este verano entre los cinco más calurosos del período 1993-2016. "Podemos decir que estará entre los más cálidos de las últimas décadas", agrega Rubén del Campo. Además, persiste la sequía meteorológica. En los últimos años, los informes meteorológicos han incluido con frecuencia los adjetivos "histórico" o "más cálido". "Las últimas tres de las cuatro estaciones han sido las más cálidas, no estamos acostumbrados a eso y no es normal", advierte el portavoz de la AEMET.


La primavera recién concluida se sumó a esa tendencia, a pesar de las lluvias que se registraron. "No fue la más seca en el último momento gracias a los últimos días", destaca Del Campo. Sin embargo, los datos superan los de 1997, convirtiéndola en la primavera más cálida y la segunda más seca. "Mayo ha mejorado un poco la situación", resalta Del Campo. La temperatura media de la primavera meteorológica de 2023 fue de 14,2°C, con una anomalía de +1,8°C.


Aunque las precipitaciones y las tormentas de los últimos días de mayo han mejorado la humedad del suelo, la situación de sequía meteorológica persiste, advierte Rubén del Campo. Esta sequía se caracteriza por una escasez continua de precipitaciones y suele afectar a extensas áreas geográficas. "Los índices son negativos en todas las provincias españolas", añade. Los datos de sequía prolongada, en particular a 36 meses, son especialmente preocupantes en el tercio sur y nordeste peninsular. "Una vez por década tenemos una sequía de larga duración, y este verano no va a mejorar la situación", destaca Del Campo.





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