El Cabildo de Gran Canaria está instando a la población rural a tomar medidas de autoprotección frente a la amenaza de incendios forestales. En un esfuerzo por aclarar conceptos erróneos y fomentar la seguridad, se enfatiza la importancia de limpiar la vegetación en un radio de al menos 15 metros alrededor de las propiedades. Esta acción no solo es posible, sino esencial para aumentar las posibilidades de salvaguardar las casas de posibles incendios y facilitar la intervención de los equipos de extinción.
A menudo, la confusión en torno a la creencia de que la limpieza de terrenos alrededor de las viviendas está prohibida ha llevado a los propietarios a evitar esta medida necesaria. El Cabildo quiere dejar claro que no se necesita solicitar permiso para llevar a cabo esta actividad, ya que la prioridad es la seguridad de los residentes y la protección del entorno. Esta iniciativa también contribuye a la defensa general de Gran Canaria contra incendios forestales.
Otro aspecto a destacar es la recolección de elementos como pinocha, retama y escobón en el campo. Aunque ha habido la percepción de que esto está prohibido, en realidad está regulado debido a su ubicación en montes públicos. Sin embargo, la Consejería de Medio Ambiente trabaja para simplificar este proceso y permitir la recolección sin necesidad de solicitar permisos.
Los terrenos cultivados son una barrera natural fundamental en la prevención de grandes incendios forestales. El abandono de estas áreas ha aumentado el riesgo de incendios, lo que resalta la importancia del apoyo continuo al sector primario por parte del Cabildo.
Para asegurar la protección de hogares y paisajes, se recomienda que los vecinos colaboren en la limpieza y autoprotección de sus propiedades. Esto implica cortar hierbas y arbustos secos, retirar materiales inflamables como hojas y leña, podar ramas bajas de árboles, y revisar y limpiar techos, canalones y chimeneas.
La colaboración ciudadana, en conjunto con las acciones preventivas de la Consejería de Medio Ambiente durante los meses de invierno, desempeña un papel crucial en la reducción del riesgo de incendios forestales y en la minimización de sus consecuencias en la región.
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