Pedro, un estudiante que ha formado parte del colegio British de Gran Canaria desde los cuatro años, se ha visto enfrentado a una situación desafiante este curso, ya que su matrícula no fue admitida. La madre del niño ha denunciado que los motivos alegados por el centro están relacionados con síntomas de déficit de atención (TDAH) que su hijo presenta, lo que ella considera un acto de discriminación hacia el menor.
La Consejería de Educación, a cargo de Poli Suárez, ha señalado que no puede intervenir en las decisiones de un centro que no está bajo su competencia directa. Sin embargo, la Consejería se ha ofrecido a buscar una plaza alternativa para el menor en otro establecimiento educativo.
A pesar de esta oferta, los expertos en educación han recomendado a la madre de Pedro que permita que su hijo continúe en el colegio British, al menos durante este curso. Argumentan que cambiar abruptamente a estos niños de entorno puede ser perjudicial y separarlos de su grupo de compañeros.
La madre de Pedro tiene la esperanza de que la justicia respalde su reclamación y que el colegio British readmita a su hijo. La situación plantea cuestiones importantes sobre la inclusión y el tratamiento de los estudiantes con necesidades especiales en los centros educativos.
