La Romería del Pino en Gran Canaria, celebrada del 7 al 8 de septiembre, una vez más fusionó elementos como la fiesta, el folclore, la devoción y la canariedad. Sin embargo, en esta edición, a pesar de la activa participación, se observó una disminución en la generosidad con respecto a años anteriores.
La organización informó que alrededor de 20,000 personas se unieron a esta importante romería, una cifra que se mantuvo igual que en el año anterior. En cuanto a las ofrendas que ingresaron a la basílica de Teror, se estimó que alcanzaron unas 22 toneladas, lo que representa una disminución de tres toneladas con respecto al año previo.
No obstante, es relevante destacar que esto no significa que la Virgen del Pino solo haya recibido estas donaciones. Todavía quedan pendientes las ofrendas de La Guagua de Las Promesas de la empresa Global y otras entidades, como la comunidad indostánica de Gran Canaria.
El evento se inició con la salida de la Virgen del Pino del templo, custodiada por su patrono, Agustín Manrique de Lara, acompañada del obispo de la Diócesis de Canarias, monseñor José Mazuelos, y el párroco de Teror, Jorge Marín de La Coba. Mientras los romeros iban llegando al templo, las autoridades religiosas los saludaban y recibían sus confidencias, incluso bendiciendo a varios bebés.
Las ofrendas, que incluían productos no perecederos, fueron cuidadosamente organizadas en cajas por un grupo de voluntarios de Cáritas, antes de ser trasladadas a la parte trasera del templo.
A pesar de la situación económica actual, se observó que la cantidad de papas y aguacates donados fue similar a años anteriores, aunque hubo menos aceite de oliva y más aceite de girasol. Curiosamente, también se notó un aumento en la cantidad de dulces, especialmente galletas.
Las ofrendas fueron luego transportadas en tres camiones frigorizados al centro de Cáritas Diocesana en la avenida de Escaleritas de la capital, desde donde se distribuirán a otras cáritas parroquiales y comedores sociales.
La Romería del Pino conmemora la aparición de la Virgen en un pino colosal hace más de cinco siglos. Tres rebaños de pastores, junto con cabras y ovejas, marcaron el inicio de esta festividad. La niña Yunaira Vega García tuvo el honor de recitar los primeros versos y canciones de la tarde, continuando con una larga tradición que demuestra que la cantera y el relevo generacional para estas festividades están asegurados.
Entre las ofrendas de productos agrícolas de temporada, también se incluyeron los productos del mar proporcionados por Mogán, como atunes listados, pulpos y morenas.
En representación del Gobierno de Canarias, el consejero de Educación, Poli Suárez, y la presidenta del Parlamento de Canarias, Ástrid Pérez, estuvieron presentes en esta vibrante celebración. Una vez concluida la Romería del Pino, la imagen de la Virgen regresó a la basílica para recibir a los miles de peregrinos que comenzaban a llegar al casco de Teror.
