El martes, el consejero de Educación de Canarias anunció la suspensión de las clases en el Archipiélago debido a una ola de calor prevista para el miércoles y el viernes. Esta medida, que afectará a todos los centros educativos de las Islas, implica el cierre de las escuelas durante tres días consecutivos.
El consejero justificó esta decisión "por responsabilidad" en respuesta a las preocupaciones expresadas por varios centros educativos. Se han reportado casos de desmayos y golpes de calor entre los estudiantes debido a las altas temperaturas. Esta situación ha llevado al Gobierno de Canarias a tomar medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los estudiantes y el personal docente.
Además de la suspensión de clases, el consejero anunció que se está trabajando en la elaboración de un protocolo específico para abordar situaciones similares en el futuro. El objetivo es tener este protocolo listo en cuestión de días o semanas para poder actuar de manera efectiva en próximos episodios de calor.
Esta decisión ha generado reacciones mixtas entre la comunidad educativa y los padres de familia. Algunos apoyan la medida como una medida necesaria para proteger la salud de los estudiantes, mientras que otros expresan preocupaciones sobre el impacto en el calendario escolar y la organización familiar.
El Gobierno de Canarias seguirá monitoreando la situación climática y proporcionará actualizaciones periódicas a medida que se desarrollen los acontecimientos. La seguridad y el bienestar de los estudiantes serán la principal prioridad en la toma de decisiones futuras relacionadas con la suspensión de clases debido a condiciones climáticas extremas.
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