En una comunidad de vecinos del entorno de Mesa y López, lo ocurrido recientemente parece más propio de una comedia que de la vida real. El edificio despertó este martes con un cartel escrito a mano, instando a los residentes a "mantener relaciones sexuales en silencio" para preservar el "descanso" y el "respeto" hacia los niños y vecinos.
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Según el testimonio de los vecinos, los ruidos provienen de una de las viviendas, donde una vida sexual aparentemente muy activa y "a cualquier hora del día" genera molestias y perturba el descanso.
A pesar de la peculiaridad de la situación, la comunidad de vecinos afirma que acepta y respeta la situación, y nunca han reprochado esta conducta. "No hace daño a nadie", aseguran. "Cuando ocurre, subimos el volumen de la televisión, ponemos música o nos ponemos a cantar", relatan. Sin embargo, esta actitud no es compartida por una inquilina del edificio contiguo, quien responde a los ruidos amorosos con más ruido: dando martillazos a la pared y lanzando insultos por la ventana. Los inquilinos describen la respuesta de esta vecina malhumorada como si "la casa se fuera a caer".
Aunque la situación roza lo surrealista, los vecinos descartan, por el momento, emprender acciones legales: "Somos una comunidad hippie", comentan con humor, restándole importancia al asunto. La convivencia, entre risas y anécdotas peculiares, continúa en este singular vecindario de Mesa y López.
