Jinámar ha vivido con intensidad y una masiva presencia de público el emocionante día grande de sus Fiestas de la Inmaculada Concepción y la Caña Dulce. La comunidad de Jinámar se unió en una jornada llena de tradición, color y fervor, destacando la participación entusiasta de los residentes y visitantes.
La celebración dio inicio con la vibrante feria de ganado, ubicada en la trasera de la carretera general, atrayendo a numerosos asistentes que disfrutaron de esta muestra de la riqueza ganadera local. La jornada culminó con la solemne procesión, un evento destacado que contó con la presidencia de Juan Antonio Peña, el alcalde de Telde.
El acto contó con la distinguida presencia de la corporación municipal, reforzando el compromiso de las autoridades con las festividades locales. La misa fue oficiada por José Mazuelos, obispo de la Diócesis de Canarias, añadiendo un componente religioso y espiritual a la celebración.
Las calles de Jinámar se transformaron en un desfile de colores y devoción con el paso de la Inmaculada Concepción, resaltando la importancia y arraigo de esta festividad en la comunidad. La jornada especial dejó una huella imborrable en los corazones de quienes participaron, consolidando la conexión entre tradición y comunidad en Jinámar.
El presidente de la AAVV La Solidaridad del Valle, Juan Medina, manifiesta su descontento según publicación de Telde Actualidad:
La comunidad de Jinámar está sumida en el descontento y el malestar ante la aparente falta de atención y gestión adecuada por parte de los responsables políticos y las comisiones de fiestas en relación con las celebraciones de la Concepción y la Caña Dulce. En los últimos años, se ha observado un deterioro en la magnitud y calidad de estas festividades, generando preocupación y frustración entre los vecinos y nativos.
Quienes expresan su descontento señalan la dejadez por parte de los políticos de turno y la mala gestión de los festejos patronales en Jinámar. La falta de atención a las tradiciones locales y la aparente preferencia por eventos en otras zonas han contribuido al declive de unas festividades que, en el pasado, fueron destacadas en toda Canarias.
Este año, el malestar se acentúa al observar que se ha destinado presupuesto a las patronales de San Juan y de San Gregorio, así como a eventos ocasionales, en detrimento de las festividades de la Concepción y la Caña Dulce. La comunidad reclama una explicación para entender este despropósito y no descarta la posibilidad de que se tomen medidas drásticas, incluso la destitución de responsables si es necesario.
Es imperativo que las autoridades y las comisiones de fiestas reflexionen sobre el valor cultural y social de las festividades locales y trabajen en su revitalización. La comunidad de Jinámar espera respuestas y acciones concretas para garantizar el resurgimiento de unas fiestas que forman parte integral de su identidad y tradición.
