El pasado domingo, en la playa de Hoya del Pozo, se presenció una situación preocupante. Una mujer utilizó el grifo de la playa para lavar platos, sartenes y otros utensilios, dejando residuos de grasa, comida y detergente en el área. Tras terminar, se dirigió a su caseta en un solar cercano donde tienen montado un campamento.
Este comportamiento no es un hecho aislado. En numerosas ocasiones, se ha observado a estas personas llenando garrafas con agua de los grifos y duchándose con champú y gel en la playa. Esta práctica no solo afecta la limpieza y el ambiente de la playa, sino que también representa un riesgo para la salud pública y la conservación del entorno natural.
Las autoridades locales deben tomar medidas para prevenir estos incidentes y asegurar que las instalaciones de la playa se utilicen de manera adecuada y respetuosa.