En una noche fatídica, Marruecos se ha visto sacudido por un terremoto de magnitud 7,2 en la escala de Richter, cuyos efectos han dejado una devastación abrumadora en su estela. Según las últimas informaciones proporcionadas por el Ministerio del Interior del país africano, el número de víctimas mortales ha superado el escalofriante umbral del millar, con un total de 1.037 personas que han perdido la vida. Además, más de 1.200 individuos han resultado heridos, de los cuales aproximadamente 700 se encuentran en estado grave. Este trágico suceso ocurrió el pasado viernes por la noche y apenas duró diez segundos, pero sus consecuencias han sido catastróficas.
La mayoría de las víctimas se hallan en zonas montañosas de difícil acceso, donde la falta de electricidad y carreteras bloqueadas han complicado las labores de rescate y asistencia. El epicentro del terremoto se ubicó entre Marrakech y Agadir, dos ciudades que han sufrido graves daños materiales, incluyendo el colapso de edificios y muros. El fenómeno sísmico tuvo lugar a una profundidad de 10,7 kilómetros, lo que agravó aún más su impacto.
La provincia de Al Hauz es la más afectada, con un devastador saldo de 542 fallecidos, seguida por Tarudant, con 321 víctimas mortales. Otras áreas golpeadas incluyen Chichaua, con 103 muertos; Uarzazate, con 38; Marrakech, con 13; Azilal, con 11; Agadir, con 5; y Casablanca, donde se ha registrado tres decesos, junto con un fallecimiento en Yusufiya. Los heridos han sido trasladados de urgencia a los hospitales más cercanos para recibir la atención médica necesaria.
Los residentes de Marrakech, la ciudad más cercana al epicentro, han reportado el colapso de varios edificios en la ciudad vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Las impactantes imágenes mostraron el derrumbe del minarete de la mezquita Koutoubia, que data del siglo XII y era conocido como el "techo de Marrakech". Además, la famosa muralla medieval roja de la ciudad presentaba extensas grietas en una sección y partes desprendidas, con escombros esparcidos por las calles. A pesar de los esfuerzos inmediatos de los residentes por despejar los escombros a mano, se requiere la llegada de equipo pesado para evaluar completamente el alcance de los daños.
Equipos de emergencia, identificables por sus chalecos amarillos, se encuentran en la escena buscando sobrevivientes entre los escombros, mientras los residentes desesperados corren y gritan en busca de ayuda. Esta tragedia ha conmovido profundamente a Marruecos y al mundo, mientras el país enfrenta una larga y difícil tarea de recuperación y reconstrucción en medio de una pérdida tan devastadora.