El parque de Mar Pequeña, en el municipio de Telde, vuelve a ser motivo de inquietud entre vecinos y visitantes por el estado de abandono y la falta de civismo que se percibe en su uso diario. Aunque el Ayuntamiento mantiene labores de limpieza constantes, la imagen del espacio se ve empañada por actos vandálicos y comportamientos irresponsables que afectan tanto al mobiliario urbano como a la convivencia.
La denuncia ciudadana no se dirige directamente contra la administración local, que continúa con sus esfuerzos de mantenimiento, sino hacia los propios usuarios del parque. Se señala especialmente la permisividad ante menores —y no tan menores— que realizan pintadas, provocan destrozos y contribuyen a la acumulación de suciedad, ignorando las normas básicas de respeto al entorno común.
Desde la comunidad se hace un llamado urgente a la responsabilidad individual y colectiva, así como a reforzar la vigilancia en la zona para evitar que estos actos continúen deteriorando un espacio que debería ser de disfrute para todos. El parque, concebido como lugar de encuentro y esparcimiento, necesita del compromiso ciudadano para recuperar su valor y funcionalidad.





