Guillén expresa su frustración, afirmando que ha estado lidiando con dificultades económicas cada mes desde que comenzó a trabajar para la ciudad. La última factura pagada corresponde a diciembre, lo que significa que ha tenido que costear los gastos de este servicio de su propio bolsillo durante cuatro meses, incluyendo lo transcurrido en mayo. Siendo una empresa pequeña con solo cuatro empleados, Guillén se siente estafado. Estima que gasta entre 3.500 y 4.000 euros mensuales para atender a los animales abandonados en la ciudad.
El empresario explica que no ha podido suspender el servicio esta semana debido a la legislación vigente sobre contratos, que establece que debe esperar cuatro meses desde la firma del último recibo pagado. En su caso, la última firma tuvo lugar en marzo, lo que le obliga a esperar hasta julio. Para empeorar las cosas, Guillén señala que la reciente ampliación del refugio de animales en el puente de los Siete Ojos ha aumentado su carga de trabajo y gastos, pero el Ayuntamiento seguirá pagándole la misma cantidad.
El empresario no esperaba encontrarse en esta situación cuando se presentó al concurso para brindar este servicio en la ciudad. Según la ley, se supone que las empresas deben recibir el pago en un plazo de 30 días, pero también se permite un periodo de hasta 4 meses sin pago. Esta situación resulta incomprensible para Guillén.
Además, no tiene la opción de finalizar el contrato antes de octubre. Aunque ha expresado su deseo de rescindir el contrato de manera amistosa debido a su situación insostenible, las autoridades municipales se han negado, lo que significa que tendrá que seguir en esta situación hasta que se cumpla el año de contrato, dejándolo impotente y frustrado.
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