En las últimas semanas, las islas griegas han sido testigos de una serie de terremotos que han sacudido la región del mar Egeo. Desde el pasado 24 de enero, se han registrado más de 600 temblores en la zona, con una intensidad que ha llegado hasta la magnitud 4,8.
La isla de Santorini, uno de los destinos turísticos más populares de Grecia, ha sido especialmente afectada. Miles de residentes y turistas han decidido abandonar la isla por temor a posibles desastres mayores. Las autoridades griegas han enviado equipos de emergencia y han cerrado las escuelas en varias islas como medida preventiva.
Los expertos explican que estos temblores no están relacionados con la actividad volcánica de Santorini, sino con las fallas submarinas de la zona. Aunque hasta ahora no se han reportado daños graves ni heridos, las autoridades han advertido a la población de mantenerse alejados de las zonas costeras debido al riesgo de tsunamis.
La situación sigue siendo monitoreada de cerca por los científicos, quienes no pueden predecir si la actividad sísmica continuará o se calmará. Mientras tanto, los habitantes de las islas griegas intentan mantener la calma y seguir las indicaciones de las autoridades.