El reconocido peluquero teldense Óliver Santana Ramos, conocido cariñosamente como "El Pelúo" en el barrio de San Gregorio, ha anunciado su despedida de la profesión que ha ejercido durante casi tres décadas. Su emblemática peluquería, Olivier, ubicada en la calle Poeta Pablo Neruda, cerrará sus puertas este sábado tras una larga y exitosa carrera que le ha permitido ganarse la fidelidad de una clientela que lo aprecia tanto por su destreza profesional como por su trato cercano y afable.
La decisión de retirarse llega tras un diagnóstico de esclerosis múltiple que recibió hace seis años. Desde entonces, ha seguido un tratamiento médico riguroso, acudiendo cada seis meses al Hospital de Día para someterse a sesiones de tratamiento. Además, ha sido un miembro activo de la Asociación de Esclerosis de Las Palmas, aunque reconoce que el paso del tiempo y los efectos de la enfermedad han ido deteriorando su salud. "Ya me cuesta estar de pie. Corto el pelo sentado y se me empiezan a caer las cosas de la mano izquierda", confiesa Santana.
Aficionado al surf, motero, entre otros ocios deja a muchos de sus clientes, vecinos y amigos con un sabor agridulce a la hora de enterarse de la noticia, deseándole lo mejor en su nueva etapa en la vida.
Pese a su esfuerzo por mantenerse en activo, los médicos le han aconsejado reiteradamente que deje de trabajar, ya que la enfermedad está afectando su capacidad para desempeñar las tareas diarias. Con un sentido de resignación y madurez, Óliver ha decidido que es el momento de poner fin a su carrera y disfrutar de lo que le queda de vida. Aunque este sábado marcará el cierre definitivo de Olivier, ha expresado su deseo de traspasar el negocio para que continúe con su legado en el barrio.
Este adiós marca el cierre de una etapa para uno de los profesionales más queridos y respetados de San Gregorio, quien deja un legado de cariño, dedicación y excelente trabajo en su comunidad.
Muestras de cariño las que está recibiendo Oliver, en el día de hoy, tras conocer la noticia numerosas llamadas, visitas y alguna que otra sorpresa con regalos incluidos de todos aquellos que le aprecian.
Todo apunta que la cosa no quedará ahí...
Qué pena Oliver! Un puntal en toda regla, luchador estará rocanroleando siempre!
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