En una madrugada marcada por la desesperación y la valentía, agentes de la Guardia Civil de Agüimes lograron salvar la vida de un bebé que había dejado de respirar.
Vía Benemérita Las Palmas.
Eran aproximadamente las 02:00 horas del 28 de abril cuando un joven, visiblemente alterado, irrumpió en el cuartel de la Guardia Civil con su hijo en brazos, un bebé de apenas unos meses de edad, solicitando ayuda urgente. El pequeño no mostraba signos de respiración y su piel tenía un preocupante tono azulado, lo que llevó a los agentes a actuar con rapidez.
Siguiendo los protocolos de emergencia, los guardias civiles revisaron la boca del bebé para descartar la presencia de un objeto que pudiera estar obstruyendo sus vías respiratorias. Al no encontrar obstáculos visibles, iniciaron maniobras de reanimación al sospechar que se trataba de un caso de atragantamiento. Sin perder tiempo, trasladaron al bebé al centro de salud más cercano, manteniendo las maniobras de resucitación durante el trayecto.
El momento de máxima tensión se rompió al llegar al centro sanitario, cuando el llanto del bebé, por primera vez desde el inicio de la emergencia, marcó su recuperación respiratoria. De inmediato, los agentes entregaron al pequeño al personal médico, quienes confirmaron que las maniobras realizadas por la Guardia Civil fueron fundamentales para salvarle la vida. La causa de la obstrucción se debía a un vómito que había bloqueado sus vías respiratorias.
Gracias a la rápida actuación de los agentes y su determinación, esta historia tuvo un desenlace esperanzador, resaltando una vez más la importancia de la preparación y los reflejos en situaciones de emergencia.