En una intervención marcada por una puesta en escena inédita y un tono de profunda preocupación social, el Rey Felipe VI ha centrado su tradicional mensaje de Nochebuena de 2025 en la necesidad de recuperar la confianza en las instituciones. Desde el Salón de Columnas del Palacio Real, y por primera vez de pie durante toda la alocución, el monarca ha advertido sobre el "hastío" y la "desafección" que la crispación política está generando en la sociedad española.
Un alegato por la convivencia y el diálogo
El eje central del discurso ha sido la convivencia democrática, a la que el monarca ha definido como una "construcción frágil" que requiere un cuidado diario.
"Las ideas propias nunca pueden ser dogmas, ni las ajenas, amenazas", subrayó el Rey, haciendo un llamamiento directo al diálogo frente a los radicalismos y los extremismos que, a su juicio, se nutren de la desinformación y el desencanto.
Los desafíos de una "sociedad exigente"
Felipe VI no ha pasado por alto las dificultades cotidianas que marcan el ánimo del país. En un análisis de la realidad socioeconómica, el Jefe del Estado mencionó específicamente:
El coste de la vida: La presión económica sobre las familias y la limitación de sus opciones de progreso.
La vivienda: Calificada como un obstáculo crítico para que los jóvenes puedan desarrollar sus proyectos de vida.
La incertidumbre tecnológica: El impacto de los avances rápidos en la estabilidad laboral.
Crisis climática: Los efectos de los fenómenos extremos (con un recuerdo implícito a las víctimas de desastres recientes como la DANA).
La ejemplaridad como respuesta a la crisis de confianza
Uno de los puntos más rotundos de su mensaje fue la exigencia de "especial ejemplaridad" dirigida a los poderes públicos.
El discurso concluyó con un mensaje de esperanza, apelando a la capacidad de España para superar retos cuando existe una "visión de país" compartida. Como es habitual, el monarca se despidió felicitando las fiestas en las lenguas cooficiales, extendiendo los deseos de la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.
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